miércoles, 7 de enero de 2015

TÚ, MI MEJOR ELECCIÓN, VIOLETA LAGO

L@s que no me conozcáis mucho, seguramente no sabréis que no suelo prodigar mucho este tipo de lecturas. Me refiero al chick-lit, claro. No sé, quizá sea porque yo siempre me complico mucho la vida con mis propias historias, tanto que a veces veo este subgénero como demasiado simple (bien entendida la palabra, ¿eh? Que ni se me ocurriría menospreciar de esa manera el trabajo ajeno).
Pero siempre es bueno bucear en otras aguas, sobre todo cuando descubres que, en muchas ocasiones, aquello tan sencillo es más bonito que todo lo enrevesado que mi cabeza fabrica cuando no puedo dormir...
Eso me pasó con este libro. Después de conocer a Violeta en persona, después de admirar su espontaneidad, su simpatía y su sinceridad. Después de saber como sé que nuestras novelas contienen una parte muy importante de nosotras mismas... En fin, después de todo eso, me decidí a descubrir su faceta de escritora y, ¡oh, milagro!, descubrí que ciertas historias sencillitas, tenían la facultad de hacerme pasar más de un buen rato.
Me refiero, cómo no, a...



Mi primera sorpresa fue comprobar con cuánta fluidez escribe esta SEÑORA (así, con mayúsculas). Con cuánta desenvoltura nos sitúa en la trama a través de la primera persona, o sea, a través de los ojos de Mireya, la protagonista. Algo que siempre alabaré en mis compañeras, porque a mí me resulta prácticamente imposible hacerlo con garantías de éxito, y porque lleva consigo una dificultad añadida a la hora de escribir.
Pero es que en el caso de Violeta parece llevarlo en la sangre, oigan. 
La segunda sorpresa fue ver cómo desarrollar una historia en tan pocas páginas. Algo que también me resulta poco menos que imposible (y es que me enrollo mucho, la verdad). Y con los personajes justos, cada uno en su papel. Sin que sobre o falte nadie. En ese sentido, perfecto desde mi punto de vista.
Me reí con el contraste físico-emocional de Víctor (cosa que me encantó), y también con la breve pero contundente aparición de Roxy. Aunque un tal Jaime despertó mi vena asesina, para qué negarlo, tengo que decir que olé por Violeta a la hora de meterse en las escenas protagonizadas por él.
Mención aparte merece Mario. No diré más para no "destripar" la novela, pero este elemento de la naturaleza sí que me descompuso. Y no por no estar bien perfilado, sino por todo lo contrario. No tuve ninguna dificultad en imaginármelo, y tuve que tomarme mi tiempo en desahogarme mentalmente con él, jajajajaja!!
Pero como no hay dos sin tres, ahí va la tercera sorpresa: fue ese Jeff. EL HOMBRE. Un ser dotado de una paciencia portentosa, que enamora en cuanto se le conoce. Un sujeto tranquilo, que sabe lo que quiere desde el minuto uno y no para hasta... ¿conseguirlo? Bueeeno, eso lo tendréis que averiguar leyéndolo, claro.
En resumen, que lo único que eché en falta fueron más páginas.
¿Quién dijo que no creía en los amores rápidos? Todo sucede en una semana. ¿Quién dijo que no es creíble un flechazo? Para cambiar de opinión, solo tiene que disfrutar de esta historia.
Violeta Lago, un agradable descubrimiento que no debéis dejar pasar si lo que buscáis es olvidaron por un tiempo de los problemas reales y pasar un rato divertido y agradable.

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